Las líneas de deseo, una forma inteligente de diseñar ciudades

Las Líneas de deseo  o caminos del deseo (Desire Lines) son aquellas líneas imaginarias que pasan sobre el trayecto más eficiente o más utilizado por un peatón o un ciclista. Este término fue enunciado por primera vez en francés por el filósofo Gaston Bachelard. Estas líneas pueden interrumpirse por barreras urbanas si el diseño no está centrado en el usuario del espacio.  Estos caminos usualmente representan el camino más corto o de más fácil acceso entre un origen y un destino determinados. El ancho de uno de estos caminos representa la cantidad de demanda del mismo.


Las Líneas de deseo aparecen normalmente también como atajos en lugares donde los caminos construidos tienen una ruta menos práctica. Suelen aparecer muy frecuentemente en parques. La gente elige naturalmente estos caminos, claramente marcados por las huellas, utilizándolos como guía de su recorrido.

Las «Desire Lines» están poco estudiadas en los países de habla hispana pero en otros países como Holanda tienen su propio nombre para describir este fenómeno antropológico. Lo llaman Olifantenpaadjes y significa ‘caminos de elefantes’. Este mismo término es el que da nombre al libro que el fotógrafo holandés Jan Dirk Van der Burg publicó en 2011 sobre los Desire Lines. Aquí podeis ver un vídeo sobre las líneas de deseo:

Muchas calles de las ciudades antiguas empezaron de esta forma y evolucionaron con las décadas y el paso continuo en las calles modernas de hoy día, como es el caso de Copenhage. Miles de ciclistas se introducían por la acera para llegar a una calle paralela y, en lugar de cerrar el acceso para que estos siguiesen el rumbo predefinido, se creó un carril en dicho paso. En definitiva, se trata de adaptar la ciudad al ser humano, no al revés.

Colville-Andersen defiende que la observación del comportamiento de los usuarios garantizará que la ciudad se comporte como la gente quiere y no como los ingenieros han definido. Ello implica que se adopten soluciones que generalmente se descartan rápidamente, como limitar la velocidad de los automóviles, ampliar el tamaño de las aceras o crear más carriles bici.

Actualmente en la planificación urbana se está empleando las líneas de deseo para analizar los patrones de tráfico, para mejorar el diseño de la ciudad.  En Finlandia, los técnicos son conocidos a visitar sus parques inmediatamente después de la primera nevada, cuando los caminos existentes no son visibles.  Pero aún queda mucho trabajo por hacer hasta llegar al nivel de otros países como Escocia donde son ampliamente utilizados en la planificación de las aceras para peatones, según Kathryn Stewart, investigador de los sistemas de transporte en la Universidad Napier de Edimburgo.  Este autor destaca el aumento de la seguridad del peatón y reducen el riesgo de sufrir algún percance. Un ejemplo de esto son las barandas a lo largo de los bordes de aceras. Si se construyen aceras no teniendo en cuenta esas líneas de deseo de los peatones, algunas personas responden con conductas de riesgo llegando a cruzar la carretera por sitios donde no se debería poniendo en riesgo su vida y la de cualquier conductor.

Fuente: Wikipedia, www.elconfidencial.com,  www.yorokobu.es, www.welshgeek.com y hollywoodwalker.blogspot.com.es

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Jose Taboada

Licenciado en Geografía, Postgrado en Ordenación y Desarrollo Territorial (USC) y Master de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (USC).

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