El criptopaisaje, la importancia de lo que no se ve

Actualmente estamos cayendo con demasiada asiduidad en el análisis y gestión del paisaje de la parte percibida, pero sin adentrarnos en la parte menos perceptible del paisaje, el criptopaisaje.

 


El criptopaisaje se basa en el término empleado por González Bernáldez, siendo las componentes del paisaje “…que no es tan fácil de percibir, para la cual deberá hecharse mano de metodologías e instrumentos adecuados”. Mientras que el fenosistema o fenopaisaje sería “…la parte fácilmente perceptible de un sistema o complejo ambiental.” 

Muchos proyectos urbanísticos y territoriales que nos venden en la recuperación o puesta en valor del paisaje, sólo se enfocan en resolver la parte perceptible del paisaje, imitando con mayor o menor fortuna al entorno (edificaciones tradiciones o el medio natural).

El problema es que estos proyectos tienen un enfoque meramente visual, sin una visión integral. Un claro ejemplo lo observamos en la restauración o construcción de viviendas, donde se imita a los elementos históricos, sin ningún criterio.

A nivel cultural, muchas de estas intervenciones se hacen de manera banal, sin tener en cuenta el contexto territorial donde se enmarcan (su historia, su tradiciones, sus usos, etc.), siendo habitual en grandes proyectos o urbanizaciones. Estas intervenciones se repiten por distintas localidades (Madrid, Galicia, Canarias, etc.) con un diseño totalmente homogéneo.

Pero en relación al criptopaisaje urbano o cultural, hay un aspecto que pasa mucho más desapercibido, que es la funcionalidad y uso por la sociedad existente. En muchos casos estas actuaciones han desvirtuado totalmente su sociedad, y aunque en muchos casos no viene derivada la intervención arquitectónica, si que ha facilitado o dificultado la acogida y uso por parte de la sociedad local. Un buen ejemplo se percibe en que ciertos cascos históricos bien conservados a nivel patrimonial, se han convertido en un parque temático, desfigurando totalmente su estructura social y por tanto su paisaje.

Otras veces se debe a grandes proyectos, donde el autor o promotor impone su modelo territorial y visión a un territorio, en vez de dialogar con su entorno, constituyendo en muchos casos en un auténtico fracaso.

Esto no sólo pasa en intervenciones en entorno de gran carga cultural, también sucede en intervenciones en entornos más naturales, donde su recuperación pasa por el poco respeto al ecosistema natural o por desconocimiento o desprecio a dicho medio. La inclusión del criptopaisaje en dichos proyectos es fundamental en estas actuaciones de mejora del medio natural. Esto nos permitirá entender dentro del ámbito de actuación su geomorfología, el biotopo (la flora y la fauna de la zona), su clima, etc.

En los proyectos de mejora (protección, conservación restauración, puesta en valor) costera o fluviales suelen ser operaciones meramente estéticas. Es demasiado frecuente que estos proyectos sean tan agresivos con el medio como la situación previa, humanizando excesivamente el entorno. Además en muchos casos fosilizan dichos sistemas naturales, provocando grandes gastos a la comunidad. Las actuaciones en contra de sistemas tan dinámicos (fluviales y costeros) provoca grandes efectos negativos (inundaciones, erosión, sedimentación, desprendimientos.).

Espero que cuando veáis un proyecto paisajístico os fijéis como han integrado el criptopaisaje y no sólo en la apariencia del mismo.

Autor: Jose Taboada socio de TYSGAL Consultores

 


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Jose Taboada

Licenciado en Geografía, Postgrado en Ordenación y Desarrollo Territorial (USC) y Master de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (USC).

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