Clasificación de los países según sus ingresos: Un nuevo documento de trabajo

El  Banco Mundial acaba de publicar un documento de trabajo en el que se revisa la clasificación del Banco Mundial de los países de acuerdo a su ingreso. En la actualidad, existe un enorme interés por clasificar a los países, tal como lo señalaron Tariq Khokhar y Umar Serajuddin en un reciente blog, en el que plantearon si debemos seguir usando el término “países en desarrollo”. ¿Cuál es el mejor país para vivir, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)? (depende, pero podría ser Australia, Noruega o Suecia). ¿Qué países están experimentando el mayor progreso social, según Social Progress Imperative? (Noruega y Suecia, de nuevo). ¿Dónde existen mayores facilidades para hacer negocios, según el Banco Mundial? (Singapur). ¿Qué países tienen los índices más altos o bajos de desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo? (una vez más es Noruega, y Níger tiene el índice más bajo).

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Usar el INB per cápita

Durante más de 50 años, el Banco Mundial ha usado una medida específica del desarrollo económico —el ingreso nacional bruto (INB) per cápita— para clasificar a los países. El primer compendio de estas estadísticas, publicado en 1966, (i) se denominó Atlas del Banco Mundial y tenía solo dos estimaciones para cada país: su población, y su producto nacional bruto per cápita en dólares estadounidenses, ambas para el año 1964. Entonces, el ingreso promedio per cápita más alto informado fue el de Kuwait, con USD 3290. El segundo lugar lo ocupó Estados Unidos, con USD 3020 y el tercer puesto lo obtuvo Suecia, bastante detrás, con USD 2040. En los tres últimos lugares se ubicaron Etiopía, Alto Volta (actualmente Burkina Faso), y Malawi, con estimaciones del producto nacional bruto (PNB) per cápita de USD 50, USD 45 y USD 40, respectivamente (el INB solía llamarse PNB). Probablemente, no es ninguna sorpresa que hoy en día Noruega ocupe el primer lugar. Malawi sigue ocupando el último puesto.

Agrupar a los países

En 1978, el primer Informe sobre el desarrollo mundial (WDR, por sus siglas en inglés) (i) dio un paso adelante. Introdujo grupos de países de “ingreso bajo” y de “ingreso mediano”, que eran los países no industrializados, con excedente de producción de petróleo, o de planificación centralizada, y que en 1976 tenían ingresos per cápita inferiores y superiores a USD 250, respectivamente. En el WDR de 1983, el grupo de países de ingreso mediano se subdividió en niveles “bajo” y “alto” en torno a un umbral de USD 1670, y en 1989 se introdujo un umbral de “ingreso alto” de USD 6000. Este sistema se ha mantenido desde entonces, ajustándose cada año los umbrales de acuerdo a la inflación. (i) Con el tiempo, los términos han llegado a ser una parte común del discurso del desarrollo, y muchos profesionales incluso se refieren a los países de ingreso bajo, mediano y alto directamente por sus siglas en inglés: LICs, MICs, e HICs. (i)

Este gráfico muestra el INB per cápita de cualquier país en función de los tres umbrales, usando los últimos datos de los Indicadores del desarrollo mundial.

 

Por supuesto, el mundo ha cambiado desde 1989. En aquel entonces, más de la mitad de los habitantes del planeta vivía en países clasificados como de ingreso bajo, perteneciendo las dos terceras partes a apenas dos países: India y China. En 2014, unos 25 años después, el efecto del crecimiento económico ha hecho que algunos países pasen a una clasificación más alta, de ingreso bajo a mediano, o de ingreso mediano a alto, y menos del 10 % de la población mundial vivía en 31 países de ingreso bajo en 2014. El 70 % de las personas que viven en la pobreza extrema ahora pertenece a países de ingreso mediano, aunque la tasa de pobreza extrema en países de ingreso bajo es muy alta, del orden del 50 %. En consecuencia, hemos examinado en detalle (i) la clasificación de los ingresos. Nuestro documento de trabajo fue publicado recientemente. En el mismo hemos tratado de revisar si dicha clasificación sigue siendo relevante para el propósito analítico original.

La clasificación según el ingreso sigue siendo útil

Nuestra conclusión general es que el uso de umbrales fijos que se mantienen constantes en el tiempo, ajustándolos solo por la inflación de los precios, proporciona un método absoluto de evaluar el cambio que muchos todavía encuentran atractivo. Otros métodos parecen tener más inconvenientes. Por ejemplo, los umbrales relativos, como los que se basan exclusivamente en las clasificaciones (como los cuartiles), son atractivos, pero tienen la limitación inherente de que la meta cambia de manera constante.

El INB per cápita también sigue siendo una opción razonable como una variable de clasificación. Aunque evidentemente no es perfecto, el INB se correlaciona bien con varios otros indicadores usados comúnmente para evaluar el progreso de los países. Además, hay una importante ventaja práctica de que los datos están disponibles: por lo general, hay datos suficientes y se dispone a tiempo de estimaciones tanto del INB como del tamaño de la población para actualizar la clasificación cada año.

Ambas medidas están sujetas a errores difíciles de calificar, especialmente en países con poca capacidad estadística. Esto puede ser una fuente de volatilidad en la clasificación (es decir, cambios repentinos de una clasificación a la siguiente), ya que las estimaciones de INB per cápita se revisan ocasionalmente cuando los métodos o los datos de origen mejoran. Por ejemplo, cuando se lleva a cabo un nuevo censo o se “rebasan” las estimaciones del producto interno bruto (PIB). Usted puede ver este efecto revisando nuestros archivos de la base de datos. (i) Hemos seleccionado los INB per cápita de tres informes de abril de los WDI con seis años de diferencia: 2003, 2009 y 2015.

Otra fuente de inestabilidad no deseada es la conversión del INB a dólares estadounidenses, ya que las tasas de mercado estándar pueden fluctuar en el corto plazo. Sin embargo, el método “Atlas” (i) funciona en gran medida como se pretende. El uso de tipos de cambio para la paridad del poder adquisitivo (PPA) sería probablemente otra mejora que proporcionaría una mejor base para las comparaciones del INB entre países. Pero la disponibilidad y confiabilidad de los datos sigue limitando su uso para este propósito en particular: las importantes revisiones en cada ronda “de referencia” del Programa de Comparación Internacional hacen que las estimaciones de la PPA sean inadecuadas actualmente para un sistema de clasificación anual (vea esta selección de estimaciones del INB per cápita usando la PPA para saber el impacto de las revisiones de la PPA de los últimos tres años de referencia del PCI: 1993, 2005 y 2011).

Recomendaciones para próximos estudios

Algunos aspectos de la metodología tal vez justifiquen un examen más minucioso. Hay opciones alternativas para medir la inflación que se emplean, por ejemplo, para ajustar los umbrales. Y, si bien la conclusión general es que el uso de los umbrales absolutos sigue siendo el enfoque más útil en comparación con una clasificación relativa y que es valioso mantenerlos, se deberían considerar alternativas. Un ajuste relativamente simple y atractivo sería alinear el umbral de ingreso bajo con el punto de corte que se usa como uno de los datos para determinar la elegibilidad para recibir un préstamo de dinero en términos concesionarios de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial que ayuda a los países más pobres, fijado actualmente en USD 1215, en comparación con el corte de USD 1045 para los países de ingreso bajo. Esta es una fuente de confusión para muchos usuarios, que ya tienden a equiparar a ambos. Otra opción podría ser la de definir un conjunto adicional de umbrales basados en la clasificación relativa de los países, según los cuartiles y, a continuación, mantener estos umbrales constantes en términos reales en el futuro, tal vez como un sistema piloto en paralelo con el que ya existe. Hay muchas otras opciones y posibilidades, y esperamos sus opiniones y comentarios.

Fuente: Banco Mundial

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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