Botella biodegradable a base de algas

La botella solo tiene vida útil mientras contenga el líquido en su interior, al vaciarse comienza inmediatamente a biodegradarse.

Ari Jónsson el desarrollador de esta botella,  que estudia en la Academia de las Artes de Islandia, expuso el proyecto en  la edición de este año del  DesignMarch (Reykjavik 2016).

Después de leer acerca de la cantidad de residuos plásticos producidos todos los días, el diseñador sintió una «urgente» necesidad de desarrollar un material de sustitución. Las botellas de plástico tardan cientos de años en descomponerse.

“He leído que el 50 por ciento de los plásticos se utilizan una vez y después se desechan de manera inmediata, por lo que sentí la necesidad urgente de encontrar formas de reemplazar algunos esos plásticos que usamos y tiramos cada día“.

Comenzó a estudiar las fortalezas y debilidades de los diferentes materiales para determinar lo que podría ser adecuado para su uso como una botella de agua. Con el tiempo se encontró con una forma en polvo de agar, una sustancia producida a partir de algas.

El agar, es una sustancia derivada de las algas muy utilizada en la industria, especialmente en la alimentaria, ya que se usa como gelificante en la elaboración de muchos de sus productos. También es muy frecuente su utilización en laboratorios, ya que se puede usar como medio de cultivo en microbiología o, también, para la realización de geles de electroforesis (usados para separar biomoléculas por tamaño) en biología molecular.

Lo más curioso de este invento es que la botella se va degradando una vez que está vacía. Mientras permanece llena de agua mantiene su forma de botella, pero tan pronto como se vacíe comenzará a descomponerse. Los materiales son naturales y no tóxicos, por lo que incluso se podría comer la propia botella. Además este envase no afecta al sabor del agua.

El aspecto artesanal de la botella se debe a que es un prototipo.   De momento, la botella es sólo un concepto de diseño y aún no existe ningún plan para su distribución comercial, pero aun así es una solución ingeniosa que podría contribuir a luchar contra nuestra actitud de generación de residuos.

Fuente: Dezeen

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Jose Taboada

Licenciado en Geografía, Postgrado en Ordenación y Desarrollo Territorial (USC) y Master de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (USC).

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